En palabras del joven dramaturgo, director y actor Francisco Lumerman, su nueva obra Muerde es una experiencia prima hermana del teatro. ¿Por qué? Porque es una pieza teatral emitida en vivo y en directo desde la casa de su protagonista en Perú y que se puede ver por la plataforma Tevi. Es un proyecto que nació en plena cuarentena pero cuyo texto Lumerman había escrito hace ya varios años. La historia se centra en René, un personaje completamente manchado de sangre y que durante todo el transcurso de la pieza irá descubriendo el motivo de esas manchas. Es un thriller cargado de misterio y violencia, sin dejar de ser una historia de amor. Su único intérprete, el actor peruano Alfonso Dibos, posee la capacidad necesaria para mantener atentos a los espectadores virtuales, conjugando emocionalidad y crudeza. Es un ser que irrumpe en nuestras computadoras y nos interpela. Su mirada a la cámara, en ciertos momentos, genera incomodidad y, al mismo tiempo, juego e imaginación. Nos crea esa intimidad que muchas veces se genera en el teatro que hasta hace unos meses conocíamos. Resulta interesante el espacio que armaron, una especie de cueva, que ayuda a crear la atmósfera que rodea a René. El director visual David Algar, junto con el resto del equipo creativo y técnico, pudieron explorar por fuera de la casa y lograr componer un espacio muy cuidado que, junto con la iluminación, cautivan a los espectadores. Cada vez son más las obras que tienen este modelo de expectación y que es una manera de seguir creando para los intérpretes y de seguir viendo teatro para el público. Quizá lo que en estos momentos habría que preguntarse es qué es el teatro. En estos tiempos de pandemia, donde no es posible ver teatro tal como se venía viendo y conociendo, una experiencia como Muerde es por demás atractiva por varios motivos. Primero porque al suceder en vivo y en directo, la idea del hecho teatral que significa compartir espacio y tiempo, se cumple. No es un mismo espacio físico pero sí teatral. Segundo, porque la obra puede ser vista por cualquier persona del mundo que tenga conexión a internet, es decir, hace que la pieza tenga mucha más llegada. Tercero, le da la posibilidad al actor de hacer funciones infinitamente.
Candelaria Monzón En Facebook y Twitter: Cande Monzón 9.julio.2020